Las
llamadas monodietas están caracterizadas por comer durante un tiempo
determinado un solo tipo de alimento.
Estas dietas
tienen un contenido calórico bajo, lo que ocasiona la pérdida de peso, pero en
realidad son desequilibradas y no aportan las cantidades necesarias para el
organismo de macronutrientes, vitaminas y minerales.
Como su propio
nombre indica son monótonas, con el inconveniente de que no ayudan a formar
buenos hábitos alimenticios y provocan una sensación de hambre continua.
La consecuencia
de seguir este tipo de dietas aparece cuando se finaliza, ya que se estimula la
ingesta excesiva de alimentos, lo que conlleva a la ganancia de peso y al
conocido efecto “yo-yo”.